Rosario Castellanos es una autora mexicana
que lleva el discurso feminista moderno al mundo hispánico. Muchos
de sus poemas protestan contra la retórica poética tradicional de los hombres.
La voz de sus poemas es más auténtica directa y sincera.
Nació en la ciudad de México el 25 de mayo de 1925, y murió en Tel Aviv,
Israel, el 7 de agosto de 1974.
Autorretrato
Yo soy una señora: tratamiento
arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
para alternar con los demás que un título
extendido a mi nombre en cualquier academia.
Así, pues, luzco mi trofeo y
repito:
yo soy una señora. Gorda o flaca
según las posiciones de los astros,
los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo.
Rubia, si elijo una peluca rubia.
O morena, según la alternativa.
(En realidad, mi pelo encanece, encanece.) Soy más o menos fea. Eso depende mucho
de la mano que aplica el maquillaje.
"Amo los
cielos claros, los pastos frescos,
los campos dorados, las delicadas manos,
las frentes amplias, las almas pulcras..."
En 1892, el 29 de mayo,
nació en Sala Capriasca Alfonsina, la tercera hija del matrimonio
Storni. Llevó el nombre del padre, de un padre melancólico
y raro. Más tarde le diría a su amigo Fermín
Estrella Gutiérrez: «me llamaron Alfonsina, que quiere decir
dispuesta a todo». El 23 de octubre de 1938 viajó a Mar del Plata
y hacia la una de la madrugada del martes veinticinco Alfonsina
abandonó su habitación y se dirigió al mar.
Esa mañana, dos obreros descubrieron el cadáver en
la playa. A la tarde, los diarios titulaban sus ediciones con la
noticia: «Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni, gran poetisa
de América».
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
El poema de 59 versos hexasílabos puede ser divididos en cuatro partes:La primera parte,comprendida del verso 1o al 14, se compone de anáforas y paralelismos: “tú me quieres alba...”, “tú me quieres blanca...”, “tú me quieres casta...”,
que enfatizan el objetivo final del hombre: la búsqueda de la
virginidad de la mujer. Esta interpretación se da por las las metonimias y metáforas usadas. Así, usa los
términos: blanca, nívea, casta, alba, nácar y azucena,
substitutos del concepto de virginidad y que aparecerán a lo largo de
todo el poema aportándole una intensa carga contradictoria. Pero además,
hace uso de la metáfora con la que llega a identificar la virginidad
con un acto casi de clausura: “de perfume tenue”,“corola cerrada”, “ni un rayo de luna filtrado me haya”, “ni una margarita se diga mihermana”. La
segunda parte empieza en el verso 15 y termina en el 35. Se
trata de un conjunto de acusaciones vinculadas a los excesos
del hombre. Tamién resulta ser también una extensa antítesis de las
pretensiones expresadas en la primera parte del poema. De nuevo hace uso
de la anáfora, pero aquí tiene un efecto acusador: “Tú que hubiste todas las copas a mano...”, “Tú que en el banquete cubierto de pámpanos...”, “Tú que en los jardines negros del engaño...”.
Usa la aliteración y la metonimia para recrear este
clima de excesos y corrupción. En los cuatro primeros versos escoge palabras que contienen una m: manos, mieles, morados,
así aludiendo a intensos placeres; placeres que remata con la inclusión
de la figura hedónica del dios grecolatino Baco. Hace un segundo uso de
la metonimia al identificar los colores negro y rojo con el engaño y la
pasión respectivamente:
Tú que en los jardines
negros del engaño
vestido de rojo
corriste al estrago.
Así, nos expresa de un modo metafórico como este hombre prometiendo
sentimientos disfrazados por la pasión (vestido de rojo), une engaño
tras engaño causando incurables daños a su alrededor. Hay
también la fuerte antítesis que provocan ambos colores ante el color
blanco, el cual tiñe la primera parte del poema. Finalmente, tras la
repetición de dos versos idénticos (“Dios te lo perdone”) concluye esta segunda parte con el verso: “me pretendes alba!”, cuya marca de exclamación expresa la osadía del acusado.
En
la tercera parte (vv. 36-49) hace referencia a la purificación de esta
alma masculina corrupta. El uso del mandato resultar
ser crucial en esta parte del poema. Esta foma verbal
rebela la verdadera intención de la autora. Es decir, por el grado de
deterioro espiritual y moral que padece el hombre, es ella, la única,
la que puede exigir, la que puede ordenar Usa el recurso de la
sinestesia (tacto y gusto), que está vinculada a las partes del cuerpo corrompidas:
Huye hacia los bosques, vete a la montaña;
Límpiate la boca;
vive en las cabañas,
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tus tejidos
con salitre y agua;
habla con los pájaros
y lévate al alba.
Así, la voz poética asocia la purificación del alma con la fusión
de esas partes del cuerpo y los diferentes elementos de la naturaleza mencionados. En la cuarta y última parte (vv. 50-59) Storni termina el poema citando la futura concesión a las pretensiones del
hombre. Eso sí, una vez que éste se haya sometido a la cura espiritual
que procesa en la anterior parte. No obstante, es muy probable que esta
concesión venga dada en clave irónica. Esta concesión está remarcada por
la anáfora:“Y cuando las carnes te sean tornadas...”, “y cuando hayas puesto en ellas el alma”. Finalmente remata el poema con tres paralelismos que remiten a la primera parte del poema:
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.
Este
poema es un canto a la libertad de la mujer ya sea en el ámbito sexual,
en el emocional como en el intelectual. Rompe totalmente con el tabú de
la virginidad femenina y saca a la superficie la doble moralidad tan
extendida sobre los hombres, según la cual exigían a las mujeres unos
comportamientos en los cuales ellos mismos no creían.
Tú me dijiste: no
lloró mi padre; tú me dijiste: no lloró mi
abuelo; no han llorado los hombres de mi
raza, eran de acero.
Así diciendo te brotó una lágrima y me cayó en la boca... más
veneno. Yo no he bebido nunca en otro
vaso así pequeño.
Débil mujer, pobre mujer que
entiende dolor de siglos conocí al
beberlo: ¡Oh, el alma mía soportar no
puede todo su peso
Estructura del poema
El poema está
compuesto por tres estrofas que contienen cuatro versos cada una y de 12 versos en total.
Cada estrofa consiste de tres versos endecasilabos y el cuarto verso heptasílabo lo cual es conocido como pie
quebrado.
La rima es asonante y está presente solo en los versos pares con el sonido
-eo.
Alfonsina y el mar, canción creada por Ramirez y Luna para honrar la memoria de Alfonsina Storni, quien a los 46 años, agobiada por un cáncer incurable se adentró en el mar para morir.